viernes, 19 de agosto de 2016

Un deseo hecho realidad

Ya he comentado que ambas niñas fueron prematuras, 
pero no he explicado que ni el pediatra, ni el obstetra, 
se dieron cuenta que la gestación de la una y la 
otra era diferente, ocho meses para Sarita y seis 
para Susana… Al nacimiento, los médicos decían 
que era un parto de ocho meses.
Difícil creer a una madre argumentos que podían
esclarecer el caso atípico, por lo tanto callé. Los 
especialistas estaban pendientes del riesgo del 
parto y consecuencias para las tres y no de mis 
divagaciones.



Ahí…Fue cuando DIOS amoroso, cuidando de Susana, 
accedió a mi capricho de conceder mi solicitud de: 
“como estaba buscando otro hijito, 
me gustaría que fuera como él”.   

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