jueves, 4 de agosto de 2016

Circunstancias forzadas de

Hospitalizaciones e incapacidades…

Al sexto control el Dr. González dijo a sus colegas, 
en junta médica, que realizadas las revisiones, 
encontraba algo raro en el embarazo, lo que dio 
–voz de alerta- para los médicos que debían dar 
el concepto sobre una “punción del líquido 
amniótico” y que el doctor Laureano Marín impidió.
Acordaron que me incapacitarían de nuevo para 
alcanzar los siete meses e inducir, o si se pasaba 
a ocho, tomarían una radiografía para saber qué 
estaba pasando con el embarazo.

A esa fecha, siete meses, se tomaron las 
precauciones correspondientes para sostener 
el máximo tiempo estudiado, hasta que se 
presentara el parto; el doctor González contaba 
el tiempo médico y yo el de la “última ovulación”.

Especulaban los médicos en esto, cuando llegó a 
Bogotá el Ecógrafo, entonces me dieron orden 
para la práctica del examen.

Me pareció largo el lapso de una semana para 
saber el resultado; abusivamente abrí el cerrado 
sobre y me enteré que mi presunción de dos hijos 
era real como lo vi en pantalla, mi hijo tendría 
DOS HERMANOS… Di gracias a Dios y lloré de 
felicidad hasta vaciar las glándulas lagrimales.

Cuando Jairo llegó a casa no le comenté el atrevido
incidente de la apertura del sobre y mucho menos 
que ya sabía que eran dos hijos. 
Mi esposo debía esperar a la confirmación del médico.

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