Hospitalizaciones e incapacidades…
Al sexto control el Dr. González dijo a sus colegas,
en
junta médica, que realizadas las revisiones,
encontraba algo raro en el
embarazo, lo que dio
–voz de alerta- para los médicos que debían dar
el concepto sobre una “punción del líquido
amniótico” y que el doctor Laureano Marín
impidió.
Acordaron que me
incapacitarían de nuevo para
alcanzar los siete meses e inducir, o si se pasaba
a ocho, tomarían una radiografía para saber qué
estaba pasando con el embarazo.
A esa fecha, siete meses, se tomaron las
precauciones
correspondientes para sostener
el máximo tiempo estudiado, hasta que se
presentara el parto; el doctor González
contaba
el tiempo médico y yo el de la “última ovulación”.
Especulaban los
médicos en esto, cuando llegó a
Bogotá el Ecógrafo, entonces me dieron orden
para la práctica del examen.
Me pareció largo el
lapso de una semana para
saber el resultado; abusivamente abrí el cerrado
sobre
y me enteré que mi presunción de dos hijos
era real como lo vi en pantalla, mi
hijo tendría
DOS
HERMANOS… Di gracias a Dios y
lloré de
felicidad hasta vaciar las glándulas lagrimales.
Cuando Jairo llegó a
casa no le comenté el atrevido
incidente de la apertura del sobre y mucho menos
que ya sabía que eran dos hijos.
Mi esposo debía esperar a la confirmación del médico.
Mi esposo debía esperar a la confirmación del médico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario