Refiriéndome a éstas, quizá fue la primera observación, desde 2001, y no creía posible que las identificara, mas me sorprendía. Ahora y con diferentes situaciones maneja no solo el reloj, sino los días y las fechas.
Solo que en las ocasiones que se le pregunta por un hecho, -para ella el pasado, es “ayer” y el futuro es “final, no más”.
Toma como partida para su cronograma de “cumpleaños” el 11 de febrero de cada año. Después de la celebración de uno, hace la lista desde el próximo hasta el último.
A medida que la familia fue creciendo, es decir, desde que sus hermanos se casaron, agregó las fechas de sus cuñados; después la de Isabela.
En su cronograma figuran unas personas amigas que le son especiales, como Bibiana y Gracielita.
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