lunes, 8 de agosto de 2011

Manejo del reloj

Hace más o menos cinco años (2006), he tomado cuenta que Susana a determinada hora enciende el televisor para un específico programa elegido por ella. 
Esta circunstancia no es casual.



 
Seguí observando comportamiento en lo que se refiere al horario. 
Así empecé a sorprenderme con las invitaciones a participar de la Eucaristía, transmitida por televisión y especialmente a la Misa presencial en el convento de las Sacramentinas, los jueves a las 5 p.m. 
En esta situación, no solo es el horario, sino también el día.

Poco a poco, y por la dedicación y disciplina para acolitar al sacerdote celebrante, me di cuenta que también sabía a qué hora debíamos partir.

                    Dir. Nal. DD. de Autor – Radicación 8050, 1996

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