martes, 19 de julio de 2016

PURO AMOR…

Atrevídamente voy a hacer un paralelo 
entre lo que se nos da y lo que 
desaprovechamos.

Pasamos por este único universo sin 
descubrir a Dios. Sin dejarle actuar 
como nuestro PADRE. 
Nos lo ha dado todo, desde la vida 
misma hasta la Vida Eterna; no 
asimilamos que todo, absolutamente 
todo es una inmerecida generosidad 
del Creador hacia nosotros.

ÉL, Dios, también atendió a mis 
caprichos de mujer.
Buscábamos un hermano 
para mi hijo, a
mis ilusiones 
de madre, me 
concedió dos niñas. 
Después de este corto destape de mi alma, 
daré un poco de orden…  
Antes del nacimiento de Susana había 
visto solamente dos casos de niños con 
Síndrome de Down, con la ignorancia de 
saberlo, asumí que eran niños especiales… 

El primero fue al frente del colegio en 
dónde trabajaba. Una joven señora 
sostenía en sus brazos un bebé y pensé, 
es un “niño especial”. 
El segundo, se presentó en el Centro 
Comercial Unicentro, vi un pequeño 
de unos tres años; su hermosa carita 
y  facciones llamaron mi atención, 
parecíanme extrañas, me detuve 
por unos minutos y me dije: 
“me gustaría tener un niño como él”. 
Dios accedió a mi solicitud!
AMOR PURO…  

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