5ª.
entrega
…“Nunca en mi vida había tratado a un niño con síndrome
de Down. Cómo hablarle?, como explicarle las labores? Cómo tratarla? A esas
preguntas su madre me había explicado que estos niños entienden de manera
fácil, solo que hay que tenerles paciencia porque son lentos para hacer las
cosas.
Paciencia, siempre he dicho que ésta no es precisamente
mi mejor virtud.
Entró de la mano del papá a la oficina, me permitió que
la abrazara, y con un sonriente ¡hola
paro!, llenó de ternura la oficina como cuando una nueva flor abre en el
jardín.
Habíamos alistado una parte de un escritorio de tal
manera que se viera como un puesto de trabajo, adornado con un sencillo florero
de tres botones de rosas para darle la bienvenida.
Quería que se sintiera bien,
así como queremos sentirnos cuando llegamos por primera vez a un lugar de
trabajo. De alguna manera quería interpretar no solo las instrucciones de su madre, sino
también los sentimientos y los sueños de Susanita”...
Color de hormiga:
“Paciencia”,
dijo Amparo. Nada más ni nada menos, tal vez se refería a “La
ciencia de la PAZ”. Muy especialmente cuando un niño con Síndrome de Down, conversa y quiere comunicarse.
Sigue: 6ª entrega.
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