Nací en Bogotá el 14 de septiembre de 1979.
Pasé los diez años de mi infancia en Subachoque, cuyo entorno estimuló en mí, el gusto por la pintura y en él, el género paisajista.
Mis padres me inscribieron en el taller de pintura de Lilia de Rodríguez y en una academia de Ballet, en el barrio Modelia.
Participé de éste seis años, después de haber estudiado con la profesora Alcira de Penagos en otro taller.
Mi profesora y amiga hizo que amara el arte de la pintura al óleo y con paciencia, perfeccionó mis cuadros.
Sí se puede decir que me inspiraba, por supuesto, yo escogí las pinturas que fueron mi modelo.
En el taller de pintura conocí personas que con su amistad, hicieron posible el desarrollo de adolescente a joven, sin percibir mis limitaciones.
El taller fue el máximo espacio que complementó las ansiedades del síndrome que me hace dependiente del afecto, en quienes me conocen y orientó mi vida en el arte.
Allí todos fuimos iguales y cada uno me aportó, lo que creyó, servía para mi motivación. Saqué ánimo cuando estuve frágil, y fui espontánea sin la vigilancia y supervisión de mis mayores.
A la hora del refrigerio, el ambiente se tornaba amistoso y alegre. Mary, hacía de mamá; mis otras amigas, apoyaron mi constancia y motivaron mi entusiasmo.
Complacida me comunicaré a través de este “blog”, para que conozcan mi obra de pintura al óleo, mis aficiones de diseñadora y el trabajo de pinceladas que da ocupación a mi existencia.
Hoy, 2011 tengo otras actividades, soy más independiente y en casa me apoyan. Mi hermana juega el papel importante de orientar mis responsabilidades cotidianas y mi hermano, aporta amor, estímulo y disciplina.
Mis padres y yo estamos compartiendo la experiencia que hemos vivido, para dar testimonio a la humanidad y a las familias de quienes nazcan con Síndrome de Down, pues necesitamos de mucha comprensión por parte de los que forman el núcleo familiar y el hogar.